Mentimos, porque al parecer, es vital para nuestra existencia.
Mentimos, aun entendiendo. que somos capaces de engañarnos, engañando.
De tanto autoengaños, terminamos mintiendo hasta sin darnos cuentas.
Así Caemos, lentamente, en un laberinto sin fin, siendo ya tarde para enmendar, de forma natural, tal situación.
Parecería que la mentira alimenta nuestra indigente existencia, en un mundo del cual no somos más que simples peregrinos.
En el pueblito de Coyoacán, al sur de ciudad México, el 6 de julio del 1907, viene al mundo Frida kahlo. Sin intuirlo, quizás, sus padres, Guillermo Kahlo (de origen Húngaro) y Matilde Calderón, nunca pensarían que traerían al mundo una dosis de la más impensable amargura y dolor, sintetizada en el grácil y frágil cuerpecito de su hija. A tierna edad es atacada por una terrible enfermedad; la polio.
Así comienza la azarosa vida de una inocente criatura que no tenía la más mínima culpa que pagar en un mundo ya condenado.
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Es así, pues, que comenzando a estudiar pintura, Frida, conoció a Diego Rivera, un día, cuando con ingenuidad juvenil, le enseña al maestro sus trazos de estudiante, lógicamente el lobo se lame el hocico dejando caer, imperceptiblemente, un lesivo hilillo de saliva que para siempre embadurnaría a la doncella.
Sobre las condiciones de Frida como pintora, es mucho lo que se ha dicho y mucho lo que falta. El tiempo, junto a intereses chauvinistas del estado mexicano, o de algún coleccionista desaprensivo, tal vez, a sido evidentemente magnánimo con Frida Kahlo.
Ahora bien, si observamos con mucha atención y conocimiento de causa, cualquier pintura salida del pincel de Frida, se podrá notar que Diego Rivera no se interesó académicamente por ayudarla, o no encontró, en
Una cosa es el talento natural para describir una realidad, y otra, el medio y su dominio para expresarlo. En esto se debe tener sumo cuidado. A lo mejor Frida lo hubiera hecho mejor en el teatro, en la poesía, o en… no se que otra cosa, pero en la pintura… ¡por Dios!
El medio marca indefectiblemente al artista y su creación. Así, la aridez de la vida de Frida, junto a la deficiencia académica ya señalada, y como para que no quepa duda, queda evidenciado en su pintura, que el tamiz académico es la base y domino de toda técnica, y que en ello reside el carácter de la verdadera obra de arte. Esto deberá de darse, al margen de toda manipulación donde intervengan elementos extraños a la creación.
¿Cuáles son esos elementos? Por ejemplo, el esnobismo y el afán de imponer una marca o estilo en la moda del vestir, un pintalabios, un material para resaltar cejas o pestaña, un tipo de calzado o vestido, una marca de pintura o de pincel, y sobre todo, el interés mercurial de un coleccionista cualquiera, para, obviando exigencias especificas, proyectar a un artista porque tiene, a lo mejor, un almacén atiborrado de sus cuadros. Es más, cualquier Estado puede llegar a maniobrar para contar con glorias nacionales que resultarían de oropel.
La capacidad del artista para hacer volar la imaginación es lo que le permite darle forma a la realidad que desea crea. Es pues, idea y capacidad en el dominio del arte, una marcha al unísono, de lo contrario, el resultado será de interpretación y contenido muy pobre.
Bueno, Frida Kahlo sufre un accidente automovilístico que la deja postrada en cama con, prácticamente, molido todos sus huesos.
Ahora llega el momento de comenzar a expresar su drama al través de la pintura, fruto, más que de la inspiración, del aburrimiento y dolor que atormenta su alma y toda su naturaleza inquieta.
Así, y a la sombra de Diego Rivera, más que al fulgor de la luz, comienza a tallarse el mundo artístico y de dolor de Frida Kahlo.
Es por eso, y por la marcada deficiencia académica, que en el dibujo y la pintura no se dio muy buena, no obstante, este esfuerzo de creación, aunque tosco, nos quedarás como enseñanza de filosofía de vida ante el dolor y la crueldad de un mundo que va de espalda y actúa contra si mismo.
Esta mujer comienza así su calvario y toma el cáliz que contendría el veneno; Diego Rivera, quien la llevaría definitivamente a la tumba física y espiritual abrazada a una decidida y patética convicción; “si era posible volver a este mundo esperaba que no le tocara jamás”.
Múltiple fueron las veces que estuvo decidida a forzar el inicio del viaje para jamás volver, motivada por el dolor de una vida miserable y sin la más mínima recompensa de un amor limpio y puro.
Frida es símbolo del dolor, un falso concepto del amor que se proyecta hasta hoy como trayecto a seguir, amor alienante, inicuo, retorcido.
La cruz del dolor nunca debe ser signo de culto, porque es la espada del mal, aberrante y pecaminosa. Así lo evidencia Espartaco* y más luego Cristo, uno valorizando la vida en la lucha dentro de los parámetros terrenales, y el otro, sin negarlo, lo toma, más bien, como complemento a una promesa de vida y gloria más allá de lo tangible para el hombre.
Pienso, que Frida puede exponerse como irreverencia ante la vida, pero nunca como ejemplo a seguir. Ya que, no fue capaz de intentar emular al ave fénix que todos llevamos dentro como instinto y disposición de vivir cuando, en un momento dado, caemos postrados ante una existencia que toma como agregado el camino hacia donde medran los más bajos instintos. Frida dejo la vida hechas jirones y sumida en noches de interminables pesadillas.
Muy a pesar de esto, una franja, en el mundo de hoy, pretende erigir a Frida Kahlo como paradigma de mujer luchadora, de comunista, fetiche feminista, de laboratorio de sueños.
¡Por Dios!, ¿cuál ejemplo? ¿El dolor sin capacidad para reponerse?
¿Cuál ejemplo? ¿La debilidad temblando en manos de la más oscura aberración sexual?
¿Cuál ejemplo? ¿El de una criatura cuya filosofía artística es fruto de la sombra enajenante de un ser disoluto que la pervierte sin miramiento, y sin considerar que era ella su amor eterno?
Diego Rivera, sedujo a la hermana de Frida sin importarles un comino su pesar. Luego,
Frida nunca respetó, ni a su familia, ni a sus amistades, ni siquiera a su gran amor. Recordemos la relación que, como venganza, al parecer, por la infidelidad de Diego con su hermana, mantuvo con León Trotsky**, a pesar de ser íntimo amigos de ambos.
¿Qué fueron comunistas?, ¡preguntad a Siqueiros!***…. donde quiera se cuecen haba y siempre existirán quienes dañen sanos ideales.
El amor, no creo que deba forjarse al margen de la realidad de un mundo que tiene que nacer de nuevo, tiene que atender a parámetros como el de la dignidad, la integridad, el respeto a la pareja, como forma y exigencia para construir, mutuamente, una plataforma de convivencia que permita una relación, no idílica, pero si lo más humana posible. Estas características deben ser pulidas segundo a segundo, minuto a minuto.
Frida Kahlo, sin pestañear, caminó sin freno hacia el abismo que desde muy joven le trazara Diego Rivera.
Frida Kahlo fue, simplemente, un espíritu atormentado.
El camino del mal, como el bien, empezamos a transitarlo sin saberlo.
Verano del 2007
**- Trotsky, León. Intelectual comunista soviético que sobresalió durante
***- David Alfaro Siqueiros. Nació en 1896 y murió en el 1974. Nació en Camargo, Chihuahua, México. Comunista internacionalista. Innovador del muralismo mundial. Expuso el manifiesto sobre el arte americano, que se fundamentaba en que los artistas debían tener en cuenta las raíces autóctonas de sus pueblos para su creación. Planteo la tesis de que el artista se debe a su espectador; el pueblo, más que a cualquier cosa. De ahí, el que se opusiera a las exposiciones aisladas en lujosos salones y galerías de arte, desarrollando el mural público para que todo el pueblo disfrutara de su creación. En nuestro país, eso enseñó y practicó nuestro Quijote de