…y mientras tanto, ¿aquí qué?
De ahora en adelante es que necesitamos fuerza, valor e inteligencia para la solidaridad con la revolución Bolivariana y su líder Hugo Chávez Frías. Ya que no es secreto el que después del referéndum la oligarquía y el imperio se levantarán con mayor inquina sobre el más novel e interesante experimento revolucionario y su líder, que han tenidos la virtud y la sagacidad del relanzamiento del pensamiento de izquierda para su accionar en la continuación de la lucha por la más bella utopía: la construcción del socialismo y el comunismo, que a su ves será el resultado del desarrollo de la lucha de clases que dé al traste con el dominio económico, tecnológico, científico y cultural en mano de las clases dominantes y la inmediata colocación de todo ese torrente de riqueza al servicio del pueblo trabajador, que al fin y al cabo es su verdadero creador.
En todo proceso revolucionario la expropiación a los expropiadores es la garantía del triunfo revolucionario, de lo contrario no hay cambio ni revolución verdadera.
En verdad, no es posible una revolución consultando la derecha o por referéndum, esto no se podría hacer ni siquiera cuando “el toro se tiene firmemente cogío por los cuernos”. Cuba es el ejemplo y quizás pueda servir de lectura para de una vez por todas considerar que las chepas convertidas en genialidades durante el inicio del proceso revolucionario en Cuba no se repetirán jamás.
Ahora bien, después de todo lo arriba señalado hay que precisar que junto al proceso Venezolano, también existen los que se gestan en Bolivia con Evo a la cabeza, en Nicaragua con ese espécimen raro que se llama Daniel Ortega, Ecuador con Correa, Argentina…todos con sus peculiaridades, pero que forman parte del contingente en lucha contra el imperio. Vale la pena la solidaridad también con ellos. Solidaridad sin tener en cuenta las consecuencias, y nosotros,
En verdad, debemos entender que la solidaridad que fundamentalmente esos pueblos necesitan en estos momentos, más que cualquier otra, es la que le podamos brindarles al calor de la lucha por crear en nuestro propio país las condiciones para un proceso también revolucionario.
Como solidaridad con esos pueblos en lucha enfrentemos la ardua tarea de construir un partido fuerte como punta de lanza para un frente amplio democrático y progresista que dé al traste con la eterna situación de explotación y miseria a que nos tiene sometido la oligarquía criolla como heredad de la espada y la cruz de la conquista usada por los antepasados de ese “Rey Juan Carlos de Borbón, Zapatero y el señerito Asnar. Sometimiento que hoy día profundiza el imperio del Norte de la forma más bestial.
Tenemos que reconocer que es vergonzoso y penoso el espectáculo de supuesta solidaridad vocinglera de 12 corajitos con un megáfono manifestándose frente a la embajada de Venezuela durante el referéndum o Grupos de revolucionarios tirándose zancadilla por un pasaje para ir a Venezuela a, supuestamente, manifestar su solidaridad., O el llamado a “hacer bulto” al otro día del referéndum frente a la embajada Venezolana, o publicar una insustancial nota de prensa denunciando los planes del imperio contra estos pueblos en lucha.
¡Que manera más extraña de solidaridad!
Dejemos la simplonería bultera de montar piquetes, ¡dizque de solidaridad!, frente a la embajada de Venezuela. Seria más significativo frente a la embajada de USA contra los planes de matar a Chávez y destruir el germen de revolución que allí se gesta.
Es más, la izquierda ha usado el principio de solidaridad como forma de disimular su incapacidad para cumplir con sus responsabilidades de hacer lo que debe de hacer en nuestro país.
La solidaridad ejercida en nuestras condiciones es muy cuesta arriba y por demás penosa y falsa.
¿De que sirve la solidaridad de quienes no se ponen de acuerdo ni siquiera para unirse en esa triste comedia?
El que la derecha hable pajas contra el proceso Bolivariano y específicamente contra Chávez es lógica y normal, pero es indignante ver como Izquierdistas o supuestos izquierdistas, intelectuales del desafuero que en su oportunidad no fueron capaces de hacer nada aquí en termino de revolución, hoy se levantan como los críticos consejero de Chávez, sabios, capaces de decirle como hacer las cosas, y en que falla. ¡No embrome ombe! Así sólo actúa la derecha encubierta mediante esa pequeña burguesía intransparente y babosa.
Es por ello y mucho más, que no debemos escatimar esfuerzos para la compactación de un proyecto partidario crítico, unitario, sincero, de revolucionarios que tenga moral para hablar y que tenga autoridad para ser escuchado, que se sientan comprometidos con la lucha de este pueblo.
Dejarnos de argucias e irresponsabilidades y asumir el rol que nos correspondes debe ser el giro a dar a nuestra vida personal y política entonando así con la utopía que hemos acariciados desde nuestra mocedad.
La manera más fructífera de solidaridad internacional es fajarnos a construir el partido de la revolución dominicana. Solo así ayudaremos a romper el cerco que el imperio le tiende a Venezuela, Bolivia, Ecuador y a todos los pueblos en lucha.
El golpe sobre el yunque es la unidad brazo, músculos, inteligencia y martillo.
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