viernes, 29 de junio de 2007

VENEZUELA EN LUCHA:


LA VERDAD CONTRA LA MENTIRA

Lo que se debate en la Venezuela Bolivariana de hoy, no es más que la posibilidad de supervivencia de los ideales del bien, por un lado, y por otro, su antípoda; la rancia oligarquía y la sin razón del pataleo de una claque parasitaria resistente a los cambios que allí se profundizan. En ese desafío el mal oligárquico nacional cuenta con la solidaridad de sus semejantes a nivel mundial.

En este nivel de lucha alcanzado por el pueblo de Bolívar, la excusa, adoptada por las fuerzas mancomunadas del mal, es la violación a la llamada libertad de opinión, embozada bajo una poderosa maquinaria de empresas de medios de comunicación al servicio y en mano de una minoritaria oligarquía, arcaica y voraz. Libertad de opinión que hipócritamente hoy defienden, y que ayer usaron para amordazar al pueblo trabajador, y recientemente, colocarla al servicio del golpismo contra la voluntad popular de darse el gobierno más democrático que registra la historia de Venezuela.

Ahora bien, esa concentración de poder sobre los medios de comunicación es lo que se define hoy como Dictadura Mediática, siendo esta, una de la multiplicidad de signos en que se fundamenta y se manifiesta la dirección del capitalismo salvaje, como lo definió el anterior papa.

La Dictadura Mediática, como parte del tinglado de la sociedad clasista, resulta ser el espacio más sucio del negocio de explotación, ya que, actúa asegurándose el control de la mente colectiva de las masas, dejándola totalmente indefensa.

Con una tecnología impresionante, de vertiginoso desarrollo, y Mediante programas chatarras, vendidos como elementos de sanidad cultural, los medios de comunicación moldean el espíritu, el pensamiento y la voluntad de las multitudes, adormecen la conciencia y alienan el accionar de toda la población, colocándola en el sitio que ellos, los explotadores, prefieren.

Los medios modernos de comunicación, Dictadura Mediática, en manos del capital, convierten a la población en verdadero zombi. Eso, y no otra cosa, es lo que explica y confirma lo que sucede con una parte del estudiantado Venezolano, al pasar de una actitud a favor del bien común, a una contemporización con el mal que niega la rebeldía natural de toda juventud.

En esto no hay maneras; zafarse de la Dictadura Mediática, solo es posible mediante la sublevación de la conciencia colectiva que genere un cambio radical del sistema. Esto se inicia ahora en Venezuela, y ya vemos lo que recién comienza.

Pienso, que el método de sutileza manipuladora de la dictadura mediática, es tan viejo como “el rascar,” a pesar de que ahora es que su discusión se encuentra en el punto más álgido sostenida y capitaneada por una modernidad auto-endiosada que, al creerse síntesis pura del saber humano, aduce ser heredad de todo. Parece que esta practica controladora de voluntades, tiene su origen en la caverna con la división primitiva de funciones, quizás, la de un hombre para esto y otro para aquello, pasando por el sacerdote o brujo, con un papel tal, que lo debía de colocar, lógicamente, como propagandista y sostenedor del poder que lo beneficiaba. Recordemos que ya Hitler, mediante una poderosísima maquinaria propagandística al frente de su ministro Joseph Goebbels, utilizó estos medios con el resultado ya conocido.

La dictadura, de cualquier tipo, solo se produce cuando las fuerzas de una minoría priman sobre la mayoría. De ahí su contenido maléficamente antidemocrático.

Cuando es la mayoría que actúa en conciencia, entonces jamás se podrá alegar vestigios algunos de dictadura, sino, del ejercicio más puro y legal de quien es dueño natural del poder; el pueblo.

Ahora bien, ¿es verdad que la medida tomada por el gobierno soberano de Venezuela es ilegal y un atentado a la libre expresión del pensamiento? El artículo 108 de la constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela ordena garantizar servicios públicos de radio, televisión y redes de bibliotecas, con el fin de permitir el acceso universal a la información.

Lo sucedido en Venezuela con RCTV no fue la suspensión de ningún medio de comunicación, como falsamente la fuerza maléfica de la reacción mundial quieren presentar, sino, la aplicación de un derecho legitimo y constitucional que todo estado, persona física y jurídica tiene de rescindir un contrato entre dos partes al momento de vencerse el plazo pactado entre ambos.

¿Entonces? ¿Si hubiese sido RCTV la parte no interesada en seguir el contrato? ¿Qué pasaría? Nada, pues. Pero no, en base a mentiras de la peor especie, se le quiere dar otro giro al asunto para poder seguir conspirando bajo la sombra. Así actúa el vicio de la mentira, la falsedad y la calumnia.

Veamos que opinan verdaderos defensores de la libertad de expresión y difusión del pensamiento: el intelectual Francés Ignacio Ramonet, periodista y director de LE MONDE DIPLOMATIQUE afirma, con conocimiento de causa, “…el proyecto TVES será un medio que dará cabida al talento popular a través de la diversidad y la pluralidad a la orden de la verdad, la cultura, la educación y el propio pueblo. El canal RCTV ha lanzado una campaña mundial para desprestigiar, y atacar, con muchas calumnias y mentiras al gobierno venezolano, tratando de desvirtuar lo que está pasando en el país.

El reconocido periodista Chileno Manuel Cabieses, director y fundador de la prestigiosa revista PUNTO FINAL, afirmo que Venezuela sostiene en Latinoamérica la bandera del desafío a la dictadura de los medios de comunicación” dijo además, estar de acuerdo con la decisión del gobierno Venezolano de democratizar el espacio Radioeléctrico, ya que los medios de comunicación privados constituyen el punto neurálgico de la dominación que una minoría ejerce sobre nuestros pueblos. Jamás podremos ser libres si no rompemos esas cadenas.

RCTV, era uno de los más importantes canales de televisión privado que la rancia oligarquía golpista Venezolana usufructuaba desde hace 53 largos años, hasta que su contrato fue rescindido legalmente por el estado, comenzando desde ese instante una sucia y brutal campaña de descrédito contra el gobierno. Todo el coro oligárquico burgués a nivel internacional lanzó su desentonado y diabólico canto de guerra contra el nuevo estado popular Bolivariano

Pues bien, el pueblo venezolano no está ajeno al proceso que se libra hoy, ya que, es esencia del mismo. Esto es lo que le imprime a dicho proceso, el carácter genuinamente democrático.

El pueblo se manifiesta a diario en las calles apoyando el proyecto de TVES, pero esto, no lo difunden al mundo la prensa amarilla nacional ni la SIP, pero sí las manifestaciones que la oposición realiza contra el gobierno. Apropósito, en una de esta manifestaciones de las cavernas Venezolana participó, nada más y nada menos que, el jefe de la CIA para Latinoamérica; el halcón BOWEN ROSTEN.

Otra sucia maniobra fue la de CNN al ser capaz de difundir, como sucedido en Venezuela contra el gobierno por el proyecto TVES, fotografías de una protesta popular en México. También fueron públicas las exigencias de Rosales, candidato de la oposición, derrotado en las elecciones pasadas, a favor los grupos de manifestantes que se había enfrentado a tiros al cuerpo policial contra el proyecto TVES. Esto refleja el carácter político conspirativo de las protestas antigubernamentales.

Pero lo más descarado de estas fuerzas del mal lo vimos, más recientemente, en la actitud del imperio mediante la Condoleezza Rice, cuando pretendía meter de contrabando en la recién finalizada Asamblea General de la nefasta OEA, la moción contra Venezuela y de apoyo a RCTV, basada en el más vil, falaz y cínico celo por los derechos humanos.

El país que construye un muro en su frontera con México con fines segregacionista y de Ghetto, evidencia que le falto toda la moral del mundo para criticar al Berlín de ayer.

El país que manda a masacrar a sus nacionales a Irak y Afganistán, tratando inútilmente de aniquilar a aquellos pueblos, y al mismo tiempo habla de derechos humanos, evidencia la gran dosis de inmoralidad e hipocresía que corroe sus entrañas.

El país que fabrica armas de exterminio masivo, el país que llena el espacio sideral de chatarras y armas nucleares para hacer desaparecer el planeta, el país que destruye el ecosistema mundial con sus malditas y desconsideras inventivas tecnológicas al servicio del mal, no le luce hablar de libertad y derechos humanos.

El país que mantiene innumerables presos políticos en Guantánamo, el país cómplice y responsable de las más sangrientas dictaduras que se conocen en el mundo, no debe hablar de libertad.

El país que discrimina por negro a sus nacionales norteamericanos, sencillamente no puede, ni debe hablar de libertad.

El país que tiene los servicios de inteligencia, más sanguinario del mundo, CIA y FBI, involucrados en los más bochornoso y horrendos crímenes de lesa humanidad, en honor a la verdad, no tiene ninguna moral para mencionar, ni siquiera, la palabra libertad.

El país que mata a sus propios presidentes (Lincoln y Kennedy), porque simplemente osaron darle un paño con pasta al sucio sendero de la sociedad norteamericana, no puede, ¡carajo!, hablar de libertad.

En Venezuela hoy, el manto de muerte y barbarie del imperio en contumacia con todos sus lacayos locales e internacionales, se afana por cubrir la patria de Chávez y Bolívar.

Los agentes del mal corren de inmediato de todas las madrigueras a darle apoyo a la oligarquía y a la reacción Venezolana. Es que están en peligro sus intere$es, y hay que actuar, no importa como, ni los métodos a usar. Es que son solidarios en las ganacia$, la hipocresía y la maldad.

Los instrumentos mediáticos de comunicación y de muerte mental, descarada y falsamente, en Venezuela y el mundo, solo dicen lo que le conviene, que es otra de las tantas caras del mentiroso. Esta es la libertad que ellos definen, promueven y defienden.

Esto es a lo que la oligarquía Brasileña, mediante el control del congreso, se ha plegado.

Esto es lo que Rafael Molina Morillo fue a apoyar a nombre de la duplicidad de su alma, la indigencia moral probada al final de sus días y la tristemente celebre SIP, junto a un grupo de supuestos periodistas democráticos sin fronteras. Me da vergüenza, ¡muchas vergüenzas!, conmigo mismo, ser de los que en el pasado creyó en Molina Morillo.

Por esto y aquellos, es necesario, que por todos los rincones de la tierra, los que se sientan ser hijos de la Luz; que es la verdad, griten al mundo un ¡basta ya! contra el abuso de los poderosos que en Venezuela conspiran contra un pueblo que decidió ser libre de toda atadura.

Lo que se libra en la tierra de Bolívar hoy, es el principio en nuestra América morena, de la gran batalla de la verdad contra la mentira, y su reflejo segará a todos los sicarios del mal, y al mismo tiempo, punteará el camino a todos los pueblos de nuestro continente.

En nuestra América Morena “esta llegando la hora de los hornos, y no ha de verse más que luz”.

Manuel Almonte

Artista Plástico

Verano/2007

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